Mi afición a la coctelería hace que de vez en cuanto se me ilumine una bombilla y me decida a probar nuevas combinaciones, siempre con el fin de adaptar los clásicos a mi gusto personal.

La última creación que he incorporado a mi carta de cócteles es una copa a la que he bautizado como «Ruso ario». El nombre de debe a que es en esencia como el «Ruso blanco» pero mucho más blanco, eliminando el toque moreno del Kalhúa para incorporar otra bebida, un poco difícil de encontrar pero que merece una visita a una licorería bien surtida.

El nuevo ingrediente que incorporé a mi mueble bar por casualidad, y que es la esencia de este cóctel, es el licor de cacao blanco de Marie Brizard, que compré en una tienda de delicatessen que hay al lado de la Plaza de la República Dominicana, esquina con la calle Colombia (Madrid). Sólo lo he encontrado una vez más en una licorería maravillosa que hay en la calle General Margallo de Madrid.

Y, sin más dilación, la receta:

RUSO ARIO

En una copa Martini, verted un tercio de vodka (si queréis una nota de Vainilla, usad Absolut Vainilla), un tercio de licor de cacao blanco y un tercio de nata líquida (o leche, si preferís una copa más ligera).

Veréis que los 3 ingredientes no se mezclan, así que con una cuchara larga, removed de arriba a abajo con cariño, no en círculo, ¡que no es un Cola Cao!

Cuando esté todo mezclado, añadid hielo picado al gusto, por lo menos hasta que quede una capa por encima. Dos toquecitos más con la cuchara, 2 minutos para que el hielo enfríe la bebida y a disfrutar.

Es un cóctel indicado como postre, si os apetece algo dulce o si queréis beber poco porque después del Ruso Ario cuesta seguir con bebidas cítricas, gaseosas o amargas.

Foto: Boxercab