En el taller de olfacción de Brockmans, además de aprender a identificar los diferentes aromas que componen la ginebra, debatimos sobre el perfect serve de la marca y catamos varias opciones.

Habitualmente, las marcas proponen un único perfect serve para su gin-tonic, el que consigue potenciar los aromas y características propias de la ginebra. Hace tiempo os hablé de los que recomendaban Beefeater 24, Tanqueray y Hendrick’s. En el caso de Brockmans, pudimos ver tres perfect serves que son capaces de modificar el resultado final y adaptarse al gusto del consumidor:

1) Con mora o arándano negro. Es el perfect serve clásico, la combinación que potencia los aromas propios de la marca. Como vimos en la cata olfactiva, el aroma predominante en la ginebra Brockmans es el de frutas del bosque negras. Usándolas como guarnición, amplificamos su mezcla de acidez y dulzor. Sin embargo, es habitual que los barmans sirvan la ginebra Brockmans con fresas o frambuesas debido a la habitual confusión de sus botánicos con frutas rojas.
2) Con un twist de piel de lima. Esta sorprendente combinación redondea y hace más complejo el sabor de la ginebra. En vez de potenciar su sabor, incorpora un aroma ácido que contraresta el dulzor y lo hace más refrescante.
3) Con un twist de piel de pomelo. Esta guarnición aporta un punto amargo que redondea el dulzor y la acidez del gin-tonic y lo hace mucho más complejo. Es el favorito de las personas a las que les encanta el sabor amargo del gin-tonic clásico.

Me pareció muy interesante esta nueva perspectiva sobre el perfect serve de una marca de ginebra. La selección de la guarnición puede reforzar las particularidades de una bebida, como suele ser la práctica habitual, o puede servir para sacar nuevos aromas y variar la experiencia final de la degustación.

Tras la cata, cada uno de los asistentes se decantó por una de las tres opciones: los arándanos convencieron a los más aficionados a las bebidas dulces, mientras que el pomelo encantó a los fanáticos del gin-tonic clásico y su sabor amargo. Yo me quedé con la lima, una solución más refrescante y que cansa menos a mi paladar.

¿Llegará el día en el que junto a la carta de bebidas tendremos varias opciones de guarnición según nuestras preferencias de sabor? Quizás fuera una oferta más honesta y con más sentido que llenar las copas de elementos decorativos (a veces sin olor ni sabor) como ya denunciaba Jorge Guitián en este magnífico post. Dejemos la jardinería para los centros de mesa y centrémonos en la calidad de la copa que servimos.